Zona Hotelera de Cancun

Los vistosos carros alegóricos y las comparsas alegraron el centro de la ciudad.

Al son de la batucada, comparsas y la tradicional algarabía de los cancunenses, ayer la reina del carnaval, Gloria López desfiló a bordo de un vistoso carro alegórico para recibir la ovación de toda la gente y por supuesto de cientos de turistas.

En medio de aplausos, aclamaciones y piropos como ¡preciosa!, ¡estás guapísima!, y sin faltar el lanzado de ¿quieres ser mi novia?, recorrió las avenidas por donde pasa el desfile, mientras que su séquito real aventaba dulces y saludaba a los espectadores.

Durante el tercer día de los festejos, de nueva cuenta salieron a relucir antifaces, gorritos y serpentinas, así como la lluvia de confeti que bañó de colores a toda la gente que llenó las calles de Cancún, para compartir la alegría de esta tierra tropical.

Ya sean ritmos de moda, danzones antillanos o el taconeo sobre la tarima de los típicos sones y huapangos, los cancunenses continuaron con la pachanga, y no decaen, por el contrario, desbordan algarabía como el primer día.

Sin lugar a dudas, los intensos trabajos de ensayos de todos los participantes que hacen posible este carnaval, hasta el día de hoy se han visto reflejados en la mirada de asombro que dejan en los miles de presentes que salen por un rato de su casa, hotel o hasta de su trabajo, para presenciar del tan colorido espectáculo.

Las autoridades de policía, Protección Civil y Cruz Roja no reportaron incidentes significativos durante el tercer día de las fiestas carnestolendas.

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Entrada en contrucción

Prueba superada en 2007, las expectativas turísticas se rebasaron según las estadísticas de la Secretaría Estatal de Turismo (Sedetur) que dirige Gabriela Rodríguez Gálvez.

El estudio revela que en 2007 arribaron a Quintana Roo 7.4 millones de visitantes, mientras que en 2006 fueron 5.9 millones.

De los 7.4 millones que arribaron a la entidad 3.3 millones se quedaron en Cancún y 2.8 millones se hospedaron en la Riviera Maya, y los demás en Chetumal, Cozumel e Isla Mujeres.

De acuerdo con la Sedetur las ganancias para el estado fueron de 5 mil millones de dólares, mientras que para destino turístico número uno en el país, la estancia de 3.3 millones de visitantes con un gasto promedio de 950 dólares, representa una derrama de 3 mil 135 millones de dólares.

Terminó el año y continuó la temporada alta para los hoteleros durante el primer día de 2008, lo que augura una temporada con un promedio arriba de 75 por ciento durante los primeros meses del año.

Enero de 2007 comenzó con una ocupación arriba de 85 por ciento y gradualmente fue bajando hasta quedar arriba de 75 por ciento en promedio, mientras que los meses posteriores fueron positivos para el destino turístico. En febrero del año pasado el promedio fue de 83 puntos porcentuales, por lo que este año se augura una ocupación con indicadores similares.

Marzo fue un mes con 80.8 por ciento, durante todo el mes no se registró ninguna ocupación menor a los 80 puntos porcentuales, y en abril bajó solamente un punto, para mantenerse en 79.2 por ciento.
Mayo fue más bajo, sin embargo estuvo arriba de 70 por ciento con una ocupación promedio de 71.3 por ciento.

De acuerdo con la Secretaría de Turismo, se espera que para este año la ocupación mantenga un promedio de 75 por ciento hasta mayo, por lo que se necesitarán cinco puntos más para que se logre la expectativa.

Después de estos meses viene otro repunte en junio y julio. En 2007 las ocupaciones correspondientes fueron de 79.1 y 86.2 por ciento, lo que vino a dar fuerza para recibir como es costumbre, la temporada baja, misma que el año pasado comenzó en agosto, cuando la ocupación llegó a 67.9 por ciento.

Septiembre fue el peor mes para los hoteleros, ya que sólo 48.4 por ciento de las habitaciones se ocuparon, es decir, menos de la mitad de los cuartos ofrecidos. De hecho, el 30 de ese mes se registró 40.8. Al respecto, el presidente de la Asociación de Hoteles de Cancún (AHC), Jesús Almaguer Salazar, comentó que la temporada baja es un periodo normal en el turismo a nivel mundial.
Este tiempo lo utilizaron los hoteleros para dar vacaciones a empleados y llevar a cabo remodelaciones o modificaciones en sus centros de descanso, de manera similar ocurrió con el sector restaurantero, directamente ligado a la ocupación hotelera.
En octubre se reportó 50.7 por ciento de ocupación y noviembre subió hasta 66.8 por ciento, con lo que se empezó a anunciar la llegada de la temporada alta que se vive actualmente en el destino con el mar azul turquesa.

Diciembre termina con una ocupación superior a 80 por ciento, con lo que marca la salida de la temporada baja, ante la cual la Secretaría de Turismo señaló que el turismo de convenciones podría ser una respuesta en los meses más bajos, ya que este segmento no se maneja por temporadas vacacionales.

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Después de una larga celebración para recibir 2008, las calles de Cancún lucieron semivacías, mientras que en las playas el paso de turistas y locales comenzó a acentuarse a partir del mediodía, cuando se dispusieron a descansar del desvelo y las celebraciones para despedir al año viejo.

La mayoría de los comercios permanecieron cerrados, no así los cervecentros, ya que varios estuvieron dando servicio durante la noche y siguieron por la mañana para aquellos que decidieron seguir con la fiesta.

Playa Niños se llenó nuevamente de los locales que llegaron en familia y con las cervezas para eliminar la "cruda" que les provocó el festejo de las primeras horas del año.

Diversas "curas"

Fue común el caminar de cancunenses por esta playa con una lata de cerveza en la mano o con botellas de agua.

Hubo otros que prefirieron un desayuno con mucho picante para recuperarse de la primera fiesta del año. Otros más sólo se desvelaron y prefirieron acudir a la playa para descansar, aprovechando que fue día libre, y poder regresar a casa temprano para iniciar con energías el nuevo año.

En El Mirador, donde se ubica playa Delfines, cientos de personas tanto locales como turistas, se dirigieron a los arenales para disfrutar del paisaje y el clima del Caribe mexicano, meditar un poco o convivir con sus familiares y amigos.
Para David Frías, procedente de la Ciudad de México, después de la noche de celebración en una de las discotecas de la zona hotelera, el primer día del año lo usó para pensar sobre lo que hará en el futuro.

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