Mientras decenas de bañistas disfrutaron las nuevas playas de Punta Cancún, camiones pesados trasladaban los cubos de concreto para la estructura de cierre que comenzó a ser colocada.Con el relleno de playas, el islote conocido como Las Golondrinas, por ser santuario de estas aves y que desde que se sabe estuvo aislado de la parte continental, ahora pudo ser visitado a pie por la gente.
Por la otra parte, del lado donde continúa el vertido de arena, el relleno de playas llegó hasta el área del espigón del hotel Gran Caribe Real, donde se vio a los técnicos hacer mediciones, pero no se observó vertido de arena.
Hasta el cierre de esta edición, las autoridades ambientales habían señalado que se había ordenado a la empresa encargada de verter arena que, al encontrase en litigio, el área no podía ser rellenada.
El fideicomiso para la recuperación de playas había fijado como plazo para retirar el espigón hasta ayer por la tarde, por lo cual la empresa Real Resorts dijo que trabajaban a marchas forzadas; sin embargo, hasta ayer no se definía si recibirá arena.
De acuerdo con la Manifestación de Impacto Ambiental (MIA), el simple relleno no será suficiente; por ello, se decidió la construcción de las obras de cierre o de apoyo, para ampliar su permanencia y asegurar su irreversibilidad.
En el caso de la estructura de cierre en Punta Cancún, al igual que el relleno de la playa implica restaurar una condición natural que se perdió por diversas situaciones, sobre todo después de los huracanes Gilberto y Wilma.
Tras el paso de los dos huracanes, la formación rocosa que existía en Punta Cancún se erosionó, generando modificaciones en la línea de costa y un aumento en las velocidades de corriente marinas, que arrastraron la arena.
La colocación de estructuras de cierre modificará ligeramente el paisaje en Punta Cancún, pero servirá como barrera disipadora de la energía de las olas y de las corrientes marinas que permita mantener los arenales, señala el estudio.
La obra está diseñada con una altura de 3,5 metros sobre el nivel del mar; conecta el islote Las Golondrinas pero no modifica su forma, de tal modo que las golondrinas podrán mantener ese sitio como área de descanso.
La textura de los cubos es áspera, para que organismos del meroplancton (larvas de muchos invertebrados, corales, equinodermos, crustáceos y de gusanos poliquetos, entre otros) puedan fijarse con mayor facilidad.
La MIA subraya que la colocación de las estructuras de emergencia (como la del Gran Caribe Real) se puede decir que su función es sólo proteger la infraestructura costera de los embates del oleaje en condiciones normales.
De ninguna manera funcionan como estructuras de protección y mitigación para los problemas de erosión en la playa, pues no ayudan a la captación de material.
Ante condiciones de oleaje ciclónico, la presencia de estos elementos incrementará los procesos de erosión en el lado del mar, por efectos de socavación, señala la MIA.
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