En una emotiva ceremonia, los Pioneros recuerdan a los hombres y mujeres que forjaron este destino turístico. Una ciudad que crece a ritmo acelerado, y que es imán de inversionistas y trabajadores
Cancún cumplio ayer 38 años. Y para festejar la ocasión, los pioneros de Cancún, aquellos hombres y mujeres que forjaron el destino de la ciudad, sus hijos y nietos, recordaron la histórica fecha con una sencilla pero representativa ceremonia en la explanada de la Plaza de la Reforma.
Hoy, a 38 años de distancia, Cancún deja atrás la comunidad de pescadores y da vida a una ciudad moderna, cosmopolita, pujante, que atrae no sólo a turistas nacionales, sino también internacionales, que disfrutan sus bellezas naturales.
A la vez, es imán de miles de trabajadores que desde diversas partes del país buscan en esta ciudad un futuro promisorio, empleo y vivienda, aunque hoy en día las oportunidades no sean las mismas de antaño.
Pero como toda ciudad, Cancún tiene su lado oscuro: sus zonas urbanas, sus colonias irregulares, que son cinturones de miseria donde el desarrollo no es equitativo para todos, y donde las oportunidades son cada vez más difìciles de encontrar.
Un Cancún que carece de una adecuada vialidad; numerosos edificios se caen a pedazos por el inexorable paso del tiempo y la falta de manteniento. La ciudad es como un niño que crece y la ropa le queda chica; los servicios públicos que reciben los benitojuarenses son de mala calidad.
Pese a ser una ciudad envidiada por muchas, es un sitio de contrastes, donde el lujo y confort de la zona hotelera (Isla Cancún) chocan día a día con la pobreza de la zona urbana y sus zonas irregulares.
Por su parte, durante la celebración por el XXXVIII aniversario de la fundación de Cancún, el alcalde Gregorio Sánchez Martínez reconoció el valor y la tenacidad de los pionero de Cancún, quienes hicieron de este destino un centro turístico sólido en el que miles de familias han encontrado una forma de vida digna.
Cancún, la perla del Caribe mexicano, hoy está de manteles largos.
Diario Novedades
Cancún cumplio ayer 38 años. Y para festejar la ocasión, los pioneros de Cancún, aquellos hombres y mujeres que forjaron el destino de la ciudad, sus hijos y nietos, recordaron la histórica fecha con una sencilla pero representativa ceremonia en la explanada de la Plaza de la Reforma.
Hoy, a 38 años de distancia, Cancún deja atrás la comunidad de pescadores y da vida a una ciudad moderna, cosmopolita, pujante, que atrae no sólo a turistas nacionales, sino también internacionales, que disfrutan sus bellezas naturales.
A la vez, es imán de miles de trabajadores que desde diversas partes del país buscan en esta ciudad un futuro promisorio, empleo y vivienda, aunque hoy en día las oportunidades no sean las mismas de antaño.
Pero como toda ciudad, Cancún tiene su lado oscuro: sus zonas urbanas, sus colonias irregulares, que son cinturones de miseria donde el desarrollo no es equitativo para todos, y donde las oportunidades son cada vez más difìciles de encontrar.
Un Cancún que carece de una adecuada vialidad; numerosos edificios se caen a pedazos por el inexorable paso del tiempo y la falta de manteniento. La ciudad es como un niño que crece y la ropa le queda chica; los servicios públicos que reciben los benitojuarenses son de mala calidad.
Pese a ser una ciudad envidiada por muchas, es un sitio de contrastes, donde el lujo y confort de la zona hotelera (Isla Cancún) chocan día a día con la pobreza de la zona urbana y sus zonas irregulares.
Por su parte, durante la celebración por el XXXVIII aniversario de la fundación de Cancún, el alcalde Gregorio Sánchez Martínez reconoció el valor y la tenacidad de los pionero de Cancún, quienes hicieron de este destino un centro turístico sólido en el que miles de familias han encontrado una forma de vida digna.
Cancún, la perla del Caribe mexicano, hoy está de manteles largos.
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